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numero 35 Archives - Qui e ora

“Marx no es superado en Detroit”, en 1967, fue el título de Lotta Comunista para un acontecimiento memorable, la lucha del proletariado negro en la
capital americana del automóvil. La, cuestión racial llevaba implícita la contradicción de clase; el centro de la lucha permanecía en las fábricas de las metrópolis en las potencias industrializadas, y no en los campos que en los mitos entonces en boga del maoísmo y del tercermundismo deberían haber rodeado estas ciudades.
Medio siglo después, han cambiado muchas cosas, pero no ese principio de clase. La China del populismo campesino de Mao Zedong se ha vuelto una
potencia económica que juega a la par con América y Europa; sus colosos industriales desafían a los del Occidente que antaño la habían subyugado,
pero también cientos de millones de proletarios chinos se han sumado a nuestra clase mundial. La hora de una moderna lucha de clase hace tiempo que ha llegado también a las metrópolis de Asia: Marx no ha sido superado en Pekín, Shanghái, Wuhan, Cantón, así como en las otras inmensas con-
centraciones urbanas de las nuevas potencias asiáticas. En los EE. UU., cincuenta años de desplazamientos sociales han hecho crecer a una burguesía negra y una clase media negra al lado del proletariado negro, pero esto no ha cambiado el hecho que la discriminación por el color de la piel continúe disfrazando la opresión de clase.
En los barrios de las metrópolis americanas, la discriminación social es lo que tienen en común los nuevos flujos de
inmigrantes nacidos en el extranjero con el proletariado afroamericano y las estratificaciones de asalariados blancos.

Al final, incluso en Italia, España, ·
Francia o Alemania durante décadas las metrópolis han cambiado su rostro: los trabajos más ingratos y los últimos peldaños de la escala salarial han
sido confiados al proletariado inmigrante, y también la vieja Europa, que había conocido hasta los rostros del genocidio, ha redescubierto la vergüenza
del racismo y de la xenofobia.
Por tanto «Black lives matter»·, cierto: las vidas de los negros cuentan, pero ¡atención a la denuncia hipócrita solo del racismo en casa de otros! Cuentan
las vidas de las personas desesperadas que continúan ahogándose en el Mediterráneo, cuentan los obreros forzados a trabajar en condiciones inhuma­nas,
cuentan los millones sin protección en la construcción, en las fábricas, en los almacenes y en los hoteles. La crisis de la pandemia secular solo ha
revelado cuanto estaba bajo la mirada de todos, pero que nadie quería ver. Entonces, enfrentarse a toda opresión y toda explotación significa volver a
Marx. Significa redescubrir el principio de la unidad de clase, en la conciencia científica del comunismo.

da El Internacionalismo Julio 2020

 

Sorgente: VUELTA A MARX | NUOVA RESISTENZA antifa’

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